Comunicarse puede ser simplemente transmisión de información. O puede ser algo más. Puede llegar a ser un intercambio en el que las personas interactúen, se «vean» y se comprendan. En el que la personas conecten. Todo ser humano necesita esta concesión en algún momento.
Muchas de las reuniones interminables en las empresas que acaban sin acuerdos y que resultan ineficaces es pro la falta de esta comunicación. Igual ocurre en la familia y otros actos de comunicación en las relaciones personales.
¿Y qué tiene esta comunicación de diferente? Hay más consciencia en el sentido que sé , para qué, cúal es mi intención a la hora de comunicar con otra persona. Para que va a ser mi encuentro, que necesito del otro, que necesito de esta reunión.
Ponemos atención en la Escucha: para que la comunicación sea efectiva , tiene que haber escucha real, activa o empática, que no esté en mis cosas, con mis pensamientos, sino que me vacíe para poder escuchar y llenarme de lo que me trae la otra persona.
Soltar: si hay una comunicación empática, va a implicar en ocasiones que tenga que soltar , abandonar algunas ideas o creencias , salir de mi punto de vista para ponerme en el de la otra persona, aquí se produce un aprendizaje , un crecimiento por ambas partes. La escucha empática me permite ver más allá de lo que me están diciendo las palabras.
Y este conecta con la propuesta de Marshal Rosenberg, (CNV), introduciendo algo muy importante el la comunicación, que son las emociones, que siento yo con lo que tu me dices, y cómo te estoy haciendo sentir. Casi siempre reaccionamos, no a los mensajes, sino a las emociones que nos provocan los otros.